sábado, 25 de junio de 2011

El peligro de la verdad absoluta según Gianni Vattimo

"... nunca he visto a un nihilista haciendo una guerra por la religión, pero he visto a muchas iglesias o incluso personas con principios metafísicos, hacer guerras, Bush, el papa, los papas del Renacimiento, las Cruzadas, todo, siempre se hizo en nombre de la verdad. Y en nombre de Dios lo cual es todavía peor."
Gianni Vattimo, filósofo italiano en la entrevista "La construcción de la verdad", revista Ñ, 25 de junio de 2011

martes, 21 de junio de 2011

Iglesia Evangélica Metodista Argentina: 175 años en el país





Durante los días 17 a 20 de junio de 2011 se realizó la XXII Asamblea General de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina. Durante el encuentro que se efectuó en las instalaciones del Colegio Ward, de Ramos Mejía, se celebraron los 175 años de presencia de la Iglesia Metodista en nuestro país. El sábado 18 hubo un culto de acción de gracias del que participaron representantes de varias iglesias de la Argentina y organismos ecuménicos como FAIE, CLAI, CIEMAL, ALAIME y CIEM. También estuvo presente Nora Cortiña, en representación de las madres de plaza de mayo, línea fundadora. El intendente de Morón. Lucas Ghi, entregó al obispo Frank de Nully Brown una plaqueta en la que desataca el compromiso de esa Iglesia con las realidades sociales, trabajando en una alianza estratégica con el municipio para crear ciudadanía. El culto fue sumamente emotivo por los recuerdos históricos de esa Iglesia en el país, el canto congregacional y el mensaje del obispo que se centró en Romanos 12.1-2. En la declaración final se indica:
Nos hemos reunido bajo el lema “Jesucristo renueva en comunión y compromiso” para celebrar este aniversario con gratitud a Dios que en Jesucristo nos ha llamado a la fe y a la comunión en su Iglesia y para reconocer la fidelidad de todos aquellos hermanos y hermanas que en este peregrinaje dieron su testimonio y aún su vida sirviendo en nuestro país.
Al rememorar esta historia queremos renovar nuestro compromiso y comunión en este momento particular de nuestra patria. La ola neoliberal fue determinando la vida de nuestro mundo en las últimas décadas y afectando profundamente a los países latinoamericanos. Se instaló una concepción de sociedad que prioriza el lucro antes que la gente y el rédito económico antes que el desarrollo humano, dañando así a toda la creación. Años de dolor, opresión, muerte y desprotección fueron afectando la vida de nuestro pueblo.
Gracias a Dios, vientos de cambio están soplando en el continente en la búsqueda de una sociedad más democrática al servicio del pueblo. Es una tarea que reclama la participación de todos para que se consolide la paz, la justicia y la verdad y donde la economía esté al servicio de una más justa distribución de bienes.
“La historia y la sociedad son escenarios de la acción de Dios”, afirma nuestra Iglesia en sus Principios Sociales, como un desafío a estar presente en la vida de nuestro país con nuestra oración, reflexión y participación.
En las vísperas de elecciones presidenciales es importante que se afiancen los valores de la democracia, que tanto han costado, sobre las divisiones y los intereses sectoriales. Este es un tiempo de diálogo pero también de polémica, donde muchas veces priman antagonismos y descalificaciones. Ejercer el derecho democrático del voto es motivo de alegría pero también es necesario que se ejerza el desarrollo de ciudadanía para fortalecer la vida democrática.
En esta desafiante búsqueda Dios nos llama en Jesucristo a la comunión y el compromiso con toda nuestra Nación para construir una sociedad más justa y solidaria.
“Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que se entreguen ustedes mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es culto espiritual que deben ofrecer” (Romanos 12:1)
¡Felicitaciones a la Iglesia Evangélica de la Argentina por su fiel testimonio del Evangelio y del Reino de Dios en nuestro país!
Alberto F. Roldán
Ramos Mejía, 21 de junio de 2011

jueves, 16 de junio de 2011

Los galeses: pioneros de la Patagonia







He visitado varias veces el valle del Río Chubut, en la Patagonia argentina, pero esta fue la primera vez en que tomé conocimiento directo de su gente y de su historia. Invitado por la Unión de Iglesias Cristianas Libres del Chubut –más conocidas históricamente como “las capillas galesas”, participé en Gaiman de la 27ª. Feria Provincial del Libro y 7ma. Feria Patagónica del Libro, presentando mis últimas obras: ¿Para qué sirve la teología y Reino, política y misión. El sábado 11 de junio ofrecí una conferencia titulada: “Amor, justicia y libertad. Sus relaciones desde una perspectiva filosófico-teológica” en la que mostré las interconexiones entre las distintas corrientes filosóficas y el mensaje de la Biblia sobre esas tres virtudes tan indispensables para la vida en sociedad. En mi conclusión, dije:
“¿Cómo se vinculan entre sí el amor, la justicia y la libertad en la experiencia humana? El amor trasciende la justicia en el sentido de que, como dice Stephen Mott: “produce acciones morales que la justicia no puede ordenar.” Lo mismo vale para la cuestión ética, según lo plantea el filósofo Fernando Savater cuando dice: “Allí donde el amor se impone, la ética no tiene prácticamente nada que decir […]” San Agustín resumió el tema en una sugestiva invitación: “ama y haz lo que quieras.” Por otra parte, el amor se relaciona con la libertad. El amor implica ofrecerse al otro y, por lo tanto, concederle libertad y estar dispuesto a sufrir por ello.
Se trata de un amor que debe tornarse eficaz en la historia. Como escribe Juan Luis Segundo:
Amar, amar eficazmente, es la única ley del cristiano. No ya la ley que distribuye entre las acciones etiquetas de “permitido” o “prohibido”, independientemente de cada hombre; sino la ley que le indica a la libertad del hombre su único camino verdadero: crear, en circunstancias siempre personales y únicas, un amor histórico también irreemplazable y único.

Tanto desde la reflexión filosófica que hemos expuesto como de la perspectiva bíblica, existe cierta coincidencia en que el amor, la justicia y la libertad son valores permanentes que hacen a la construcción de una sociedad armónica. Venimos al mundo con una gran carencia de amor, de afecto y ternura. El ser humano es, en ese sentido, el ser más débil y que demanda cuidado y protección. Pero conforme vamos creciendo, hay otro valor que surge como imprescindible: la justicia distributiva que plantea problemas cuya solución requiere de teorías de distribución de los bienes y de políticas concretas que propendan a que los seres humanos tengan el acceso a los bienes sociales que requieren para su realización como personas. El amor a Dios, al prójimo y a la creación forja una sociedad con hambre y sed de justicia que, una vez satisfecha, deriva en una sociedad verdaderamente libre, donde los seres humanos no sean medios para usar sino fines para respetar.”
Lo que más me ha impactado en esta vista fue la gente de origen galés, su fina atención y respeto y, sobre todo, su rica historia. En efecto, los galeses, que huyeron de su tierra en Gran Bretaña para encontrar libertad y realización, llegaron en febrero de 1865 a bordo del velero “Mimosa” a las playas que bautizaron con el nombre de “Puerto Madryn”, en homenaje al promotor de la iniciativa: Love Jones Parry Madryn, cuyo castillo llevaba ese nombre en el país de Gales. En Crónica de la colonia galesa de la Patagonia, escrita por Abraham Matthews –que tuvieron a bien obsequiarme– se indica que en 1865, antes de que se consumase la tristemente célebre “Campaña al Desierto” y que significó el exterminio de los pueblos originarios, un grupo minúsculo de galeses se atrevió a desembarcar en esas playas patagónicas. Después de muchos fracasos, logró establecer una colonia próspera en la “tierra maldita” de Darwin. Hoy, la comunidad galesa se ha hecho argentina, plenamente consustanciada con la lengua castellana y nuestras costumbres argentinas, más allá de mantener viva también su cultura expresada en el famoso “té galés” y su idioma que ahora intentan enseñar a las nuevas generaciones.
¡Salud al pueblo galés de la Patagonia! ¡Un saludo especial para mis nuevos amigos y amigas de Trelew y Gaiman!

Alberto F. Roldán

jueves, 2 de junio de 2011

A propósito de las próximas elecciones en Perú


De izquierda a derecha: Dres. Alberto Roldán, Víctor Arroyo y Walter Pérez


“Estar a punto de repetir un régimen nefasto cuestiona nuestra conciencia ciudadana”
Entrevista a Víctor Arroyo, del CONEP
Víctor Liza Jaramillo
Lima, jueves, 2 de junio de 2011
El Director Ejecutivo del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), Víctor Arroyo, concedió una entrevista exclusiva en la que cuenta su breve experiencia en el Congreso y su participación en el Movimiento Evangélicos por la Democracia, de resistencia a la dictadura de Alberto Fujimori. También expresó algunas reflexiones sobre la actual coyuntura electoral.

Cuéntenos un poco acerca de su experiencia en el terreno de la política como senador.
En 1989 recibo una invitación de Cambio 90 para integrar su lista de senadores. Fue una experiencia importante; no llegué sin conocimientos de nada, pues tenía la reflexión, la preparación y con la inquietud de que las cosas tenían que cambiar en ese contexto: teníamos una elevadísima tasa de inflación y una situación de ingobernabilidad total.
¿Cuándo es que se aleja de Cambio 90?
Cuando Alberto Fujimori cerró el Congreso, renuncié públicamente. Además, porque el régimen no luchó contra la corrupción ni atendió la pobreza como prometió. La bancada de Cambio 90 elaboró un documento de respaldo a la decisión de Fujimori. Cuando me solicitaron la firma, les dije que esto era un golpe a la democracia y que merecía mi condena.
Antes del golpe, ¿ya había tomado una posición critica ante el fujimorismo?
Ya tenía discrepancias. Cuando se discutía en el Senado la acusación constitucional contra Alan García, la Comisión de Acusación Constitucional acordó, con elementos de juicio, y sin ánimos de venganza, aprobar la medida. Pero por indicación de Palacio, la bancada fujimorista votó en contra. Yo estuve a favor de que el caso pasara al Poder Judicial para la respectiva investigación. También discrepé sobre investigaciones sobre violaciones de derechos humanos. Algunas veces me decían, “¿qué pasa?, te van a expulsar”. Yo respondía que si por mantenerme firme a mis principios se me iba a expulsar, pues a mucha honra.
¿Usted fue el único que renunció, o hubieron otras personas que le acompañaron?
Varios diputados evangélicos renunciaron antes que yo, cuando Fujimori adopta el “Fuji-shock”, además de otras contradicciones al interior de la Cámara Baja. En el Senado no había ese tipo de confrontación, excepto en este tema, que nos llevó a varios de nosotros a expresar un punto de vista discrepante con esa medida.
¿Hubo alguna especie de seguimiento u hostigamiento hacia usted en los años anteriores?
Por alguna razón que nunca pude explicarme, Seguridad del Estado se mantuvo cerca de mí por un tiempo. Cuando pregunté por qué tenía a dos policías siguiéndome con la justificación del resguardo, me dijeron que de Palacio había venido una lista en la que mi nombre figuraba, y por eso tenía ese de resguardo, aún cuando yo ya había renunciado a Cambio 90.
¿Lo notaba como una especie de seguridad o de un seguimiento?
Creo que un poco de las dos cosas. Ellos preparaban un parte diario de cuáles han sido los desplazamientos o las reuniones a las cuales uno concurría. Entendí que posiblemente era un mecanismo de tener conocimiento de lo que estaba haciendo.
¿Cómo fue su participación en el Movimiento Evangélicos por la Democracia?
Cerrado el Congreso en 1992, participé junto a personajes como Gustavo Mohme Llona del Foro Democrático, que se creó para asumir la defensa de la democracia. Luego aparece Evangélicos por la Democracia (MED), que apoyó medidas como la lucha por la liberación de Juan Mallea, la concurrencia a la Plaza Mayor para lavar la bandera peruana. Era significativo porque agrupaba a estudiantes, profesionales y gente involucrada en trabajo de defensa de derechos humanos.
¿Esa participación de evangélicos era mayoritaria?
No era mayoritaria pero era un movimiento significativo. Por ejemplo, en esos años se realizaba la denominada Marcha por Jesús, de corte evangelístico, que, según los medios de la época, convocaba de 50 a 60 mil personas que salieron a las calles. Pero después se llamó a una concentración a favor de los presos inocentes en la plaza Francia, y sólo estuvieron unas doscientas personas. Parecía que los evangélicos no pensábamos en el Jesucristo interesado en el sufrimiento de las personas. Eso describe la actitud mayoritaria de los evangélicos respecto a la dictadura. El interés por la participación política va desarrollándose en los años que siguieron.
¿Fue decisiva la participación del MED?
Fue importante que un grupo de evangélicos pudieran plantarse, por ejemplo, frente al Poder Judicial para pedir la libertad de Mallea; y que se sumaran a la Marcha de los Cuatro Suyos en la lucha por la democracia. Fue un grupo que creció por la motivación que teníamos y por el compromiso con los valores democráticos. Fue un rol profético importante, de cuestionamiento a la dictadura.
¿Qué cree que ha ocurrido para que el fujimorismo esté tan cerca de retornar al poder?
En primer lugar, los actores políticos de la última década no realizaron la reforma del Estado para diseñar y aplicar políticas de inclusión social. La población está expresando la frustración de haber vivido en crecimiento económico sin experimentar beneficios en su calidad de vida. En cuanto a la sociedad civil, no ejerció la vigilancia adecuadamente. En el caso de los evangélicos, hemos estado más preocupados en el crecimiento numérico de las iglesias y no tanto en la calidad del testimonio evangélico en la sociedad.
¿Ha faltado hacer docencia sobre democracia, derechos humanos, lucha contra la corrupción?
Yo creo que sí. El papel del MED fue importante por las movilizaciones y los pronunciamientos públicos; pero había que crear también conciencia ciudadana. No hemos intervenido activa y sostenidamente en la construcción de ciudadanía. Esta situación nos coloca frente a una fragilidad de conciencia democrática. Que estemos a punto de repetir un régimen que fue nefasto para el país, cuestiona nuestros niveles de conciencia democrática.
En una elección tan crucial como esta, ¿cuál sería el papel del pueblo evangélico?
Los evangélicos tenemos que asumir un rol activo de construcción de ciudadanía en el Perú. Debemos participar en espacios de gestión publica; desarrollar conciencia de vigilancia ciudadana. Las autoridades hacen lo que se les ocurre por la ausencia de un control que provenga del pueblo, y los evangélicos somos parte del soberano. Eso está vinculado con el tema del rol profético y la importancia que tiene la vida humana para la conciencia cristiana.
Fuente: ALC noticias. Usado con permiso.