Por Aníbal Sicardi.
Bahía Blanca.
Las apasionantes y
complicadas décadas del 60 y 70 del siglo pasado, fueron el marco histórico
utilizado por el Dr. Alberto Roldán para contextualizar las líneas
directrices que desarrolla en su libro “José Míguez Bonino: Una Teología
Encarnada” que se presentó como primicia en la Iglesia Metodista Central de
Bahía Blanca el lunes 15 de julio.
La ubicación
histórica resulta fundamental para entender las definiciones de Míguez Bonino y
su proposición del evangelio “encarnado” en la vida humana. Roldán trajo a
colación la ponencia del teólogo metodista en el II Encuentro de la Fraternidad
Teológica Latinoamericana realizado en Lima en diciembre de 1972,
titulada “El Reino de Dios y la historia”.
“Su punto de
partida fue una cuestión inquisitiva” comentó Roldán cuando Míguez Bonino
afirma que “entender la presencia activa del reino en nuestra historia es que
podamos adecuar a ella nuestro testimonio y acción, particularmente en esta
hora concreta de América Latina en que nos ha sido dado profesar nuestra fe y
servir”.
El Director de
Posgrado del Instituto Teológico FIET apreció “que de esta manera el Reino se
lo discierne y descubre no a partir de elucubraciones y planteos teóricos sino
en la obediencia activa en pro de la justicia y la paz que el Reino trae” y que
“lo decisivo radica en como cada uno de nosotros nos involucramos
obedientemente en el aquí y ahora de nuestros pueblos”
El disertante
especificó que esa ponencia “fue la más debatidas de todas”, afirmación que el
auditorio comprendió cuando Roldan ilustró que en esa presentación Míguez
Bonino “hace su propia opción ideológica por el socialismo ya que el
involucramiento social, político y económico demanda salir de una ´supuesta
situación neutral o esquema abstracto´ e implica la toma de posición ideológica
con todas las limitaciones y contradicciones que pudiera tener”
El autor del libro
amplió la contextualización histórica al informar que en esa época se
encontraba con vigor el movimiento “Cristianos por el socialismo” y también el
aspecto teológico en cuanto a la toma de posiciones, “en obediencia al Reino”,
con sus limitaciones y aspectos controvertidos.
Por un lado se
asoció en criticar el equívoco “de que se puede ser aséptico en la
interpretación de la Biblia y que siempre hay posturas tomadas detrás cada
posición” y que esa “fragilidad” en las decisiones se encuentra en el
centro mismo de “la encarnación”, “el Dios hecho humano mostrando su
debilidad”. Concepto que décadas después expondría el filósofo italiano Gianni
Vattimo a partir del “vaciamiento de Dios” (kenosis) en Filipenses
capítulo dos y desde el cual se atreve a desmitificar la moral, recrear el
concepto de secularización y sorprender con la consigna de “creer que se
cree”
Resultó
significativo que al mencionar las influencias de pensadores sobre Miguez
Bonino, además de Karl Barth, Roldán mencionara a Paul Tillich, el de la
relación fe y cultura, actualmente poco leído en facultades y seminarios
teológicos, y al filósofo Paul Ricoeur.
Sobre Ricoeur
apuntó en dos cuestiones. Una de ellas en la metodología. Al preguntarse sobre
“¿Qué rasgos principales tiene la teología de Míguez Bonino” sostuvo que “Es
una teología reflexiva” comparando su estilo al de Ricoeur “cuya filosofía se
caracteriza por la reflexión sobre diferentes corrientes” Así Míguez Bonino
“profundiza e indaga sobre lo ya escrito, a los fines de recontextualizar el
pensamiento teológico” siendo de esa forma una teología “interrogativa antes
que asertiva” abrevando “en los filósofos clásicos, como Platón y
Aristóteles y en los máximos exponentes de la filosofía política como
Maquiavelo, Hobbes, Marx y la escuela de Frankfurt”
En esa instancia el
orador creyó conveniente esclarecer que la teología de Míguez Bonino “no es la
que se conoce como sistemática con un tomo uno, un tomo dos sino que tiene
otras formas de exposición”
Roldán se introdujo
en un tema para meditar y que surge desde su propia afirmación cuando sostuvo
que “debemos romper con los moldes que heredamos desde la teología europea”
por lo que cabe preguntarse si en la exposición teológica no debemos
abandonar esa proposición de la “sistemática” y apuntar en la metodología
vivencial de Míguez Bonino que Roldán la asocia a la de Juan Luis Segundo. El
relato, la crónica, la novela son géneros esenciales en el pensamiento latinoamericano
y por medio del cual se redescubre al Dios Escondido, como lo demuestran los
trabajos de Luis Rivera Pagán de Puerto Rico. Sabido es que utilizar
determinada metodología es entramparse en la lógica que impone ese sistema.
El otro aspecto de
Míguez Bonino similar al de Paul Ricoeur es que al igual que el filósofo, del
cual en este 2013 se celebran los cien años de su nacimiento, “se
proponen pensar y dialogar”.
“Paul Ricoeur. Los
sentidos de una vida” es el título de una biografía sobre el filósofo
escrita por el profesor FrancoiseDosse, historiador y epistemólogo francés.
Dosse explica que el título “Los sentidos de una vida” se fundamenta en que
”hay una pluralidad de sentidos. Ricoeur es un filósofo del diálogo. Sus
sentidos son de naturaleza diferente y muy plural…nunca hay un sentido
monovalente, totalizador, totalitario, hay una especie de pluralidad de los
seres”
Por su parte Roldán
especifica que “El método y estilo con que Míguez Bonino ha escrito su
teología es utilizando fórmulas y avanzando proposiciones un tanto
desprotegidas y cuestionables, destinadas más a invitar a un diálogo
comprometido de articulaciones divergentes”
Roldán tuvo cuidado
de mencionar la importancia de La Trinidad en el pensamiento de José Míguez
Bonino, aspecto de poca o ninguna referencia en quienes se preocupan por
dar a conocer las posiciones del pastor metodista. El autor del libro “Una
teología encarnada” rescata que Míguez Bonino coloca la Trinidad ”como criterio
hermenéutico de una teología latinoamericana” es decir, subraya la misión desde
la comprensión trinitaria.
Resumió en
tres aspectos lo que expresa el que fue el único observador protestante
latinoamericano en Vaticano II. ”La Trinidad como la expresión de lo que la
Escritura revela acerca de la historia de Dios con su pueblo; enfatiza que la
prioridad de las personas de la trinidad es la comunión y que el Dios trino es
el que actúa siempre en el mundo concertadamente como Padre, Hijo y Espíritu
Santo”
El libro “José
Míguez Bonino: Una Teología Encarnada” tiene como autores a Alberto F.
Roldán y David A.Roldán. Fue publicado por SAGEPE Editores. Sandra Pedace
estuvo a cargo de la edición y Diego Barletta es responsable de la Ilustración
de la Portada que incluye una distinguida caricatura de José Míguez Bonino.+
(PE)