viernes, 3 de septiembre de 2010

El hombre moral en la sociedad inmoral

La tesis a desarrollar en esta obra es la de que debe trazarse una aguda distinción entre la conducta social y moral de los individuos y las de los grupos sociales, nacionales, raciales y económicos; y que esta distinción justifica y hace necesarias normas políticas que una ética puramente individualista debe siempre encontrar embarazosas. El título El Hombre Moral en la Sociedad Inmoral sugiere la pretendida distinción en forma demasiado inapropiada, pero es, no obstante eso, una indicación razonable del argumento que habrá de presentarse en las páginas que siguen. Los hombres pueden ser individualmente morales en el sentido de que son capaces de tomar en consideración intereses distintos de los propios para resolver problemas de conducta, y llegan en ocasiones a preferir las ventajas ajenas a las propias. […]
La inferioridad de la moralidad de los grupos respecto de la de los individuos es debida en parte a la dificultad que existe para establecer una fuerza social racional que sea lo suficientemente poderosa como para hacer frente a los impulsos naturales con los que la sociedad alcanza su cohesión […]
Este tratado tiene un interés polémico, y está dirigida contra los moralistas, tanto religiosos como seculares, que imaginan que el egoísmo de los individuos va siendo contenido progresivamente por el desarrollo del raciocinio o el aumento de una buena voluntad inspirada religiosamente, y que no es necesaria otra cosa que la continuación de este proceso para establecer la armonía social entre todas las sociedades y colectividades humanas. Los análisis y las profecías sociales realizados por moralistas, sociólogos y educadores sobre la base de tales presunciones, nos llevan a nuestros días a una confusión moral y política muy considerable. Desechan por completo las necesidades políticas en la lucha por la justicia dentro de la sociedad humana al no tomar en cuenta aquellos elementos en el comportamiento colectivo del hombre que pertenecen al orden de la naturaleza, y que nunca pueden ser sometidos del todo al dominio de la razón o de la conciencia. No reconocen que cuando el poder colectivo, sea en forma de imperialismo o de dominio de clase, aprovecha de la debilidad, no puede nunca ser contenido a menos que se levante contra él el poder. Si se puede hacer intervenir en la lucha resultante a la conciencia y a la razón, éstas sólo pueden limitarla, pero no abolirla.

Extracto de la Introducción al libro: El hombre moral en la sociedad inmoral. Un estudio de ética y política, Buenos Aires: Siglo XX, 1966, pp. 9, 10).
Reinhold Niebuhr fue un pastor y teólogo estadounidense (1893-1971), inscripto, junto a su hermano Helmut Richard (1894-1962) dentro de lo que se denomina la “neoortodoxia”. Pensador agudo, elaboró la obra citada durante su pastorado en Detroit, Estados Unidos, donde fue testigo de las injusticias sociales que se cometían en las fábricas automotrices. El extracto que hemos consignado, muestra su búsqueda por un realismo cristiano que supere un pietismo inoperante o un idealismo religioso. En síntesis: la lucha por la justicia requiere la acción política. Esto desmiente la clásica receta de que el cambio social vendrá simplemente como consecuencia de la conversión de individuos.
AFR
Ramos Mejía, 3 de setiembre de 2010

3 comentarios:

  1. Saludos Alberto, es una alegría verte produciendo. Me agregaré a los lectores regulares de tu blog. Felicitaciones.

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  3. Mi nombre: Efrain Espinosa iglesias, os saludo y agradezco vuestra tesis y reflexión introductoria. Vivo actualmente en Miami y aquí intento obtener justamente el libro que usted hace referencia y base del diálogo pero solo lo encuentro en inglés y deseo poder leerlo y tener en español. Usted tendría la amabilidad y solidaridad de buscar precio y disponibilidad para mí? Se puede comunicar con mi persona a través: efrainespinosaiglesias@yahoo.com
    En espera y agradecido de antemano quedo

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