sábado, 10 de marzo de 2012

CARLOS MONSIVÁIS: "Tan extravagante que hasta dice que es protestante"


Leopoldo Cervantes-Ortiz junto a Carlos Monsiváis










Acaba de editarse en Buenos Aires una antología de textos de Carlos Monsiváis (Antología esencial, Mar Dulce, 268 páginas). A propósito de la aparición de esta obra, la escritora y crítica literaria Beatriz Sarlo publica en Revista Ñ un perfil de Monsiváis titulado “El barroco de Carlos Monsiváis”. Sarlo comienza narrando las circunstancias en que en 1985 conoció personalmente al escritor mexicano. Fue en ocasión de un simposio en la Universidad de Columbia, Nueva York. Dice Sarlo que Monsiváis dormitaba o mantenía “un silencio hosco” durante las sesiones. Al fin, luego de mucha insistencia, Monsiváis aceptó cenar con Beatriz Sarlo, lo cual significó el punto de partida de una amistad. Lo define como “callado y rapidísimo a la vez: frases muy breves, silencios, otra batería de frases breves. Era una enciclopedia de cultura popular, cultura pop y literatura.” (Revista Ñ, 10 de marzo de 2012, p. 6). Después de ponderar la gran erudición de Monsiváis, que siempre reflejaba “un conocimiento tan preciso y tan desprejuiciado”, Sarlo termina su comentario diciendo: “No quiero olvidar, al final de esta nota, que Monsiváis fue un hombre de izquierda.” (p. 9). Desde este blog, no quiero dejar de señalar algo que se conoce poco y se difunde menos: que Monsiváis fue un escritor de origen protestante.
En una entrevista que hace varios años le hizo el diario La Nación, recuerdo que lo que más me llamó la atención fue que él reconociera que durante su niñez su madre le leía La Biblia en la Versión Reina Valera. Después, confirmé con mi amigo, el poeta Leopoldo Cervantes-Ortiz, que efectivamente Monsiváis perteneció a una familia protestante en México y estuvo vinculado al teólogo metodista Gonzalo Báez-Camargo. En una obra conjunta de Carlos Monsiváis y Carlos Martínez García, éste último señala: “Si los monsivaisólogos no se han detenido en este aspecto de la formación del personaje y la obra que estudian, es probablemente, porque toman la afirmación del propio escritor, en el sentido de reivindicar su formación protestante como una extravagancia más del intelectual, «Carlos Monsiváis es tan extravagante, que hasta dice que es protestante», pareciera ser la divisa de quienes omiten o diluyen el lugar que guarda en la trayectoria del escritor el haber vivido y crecido en el seno de una minoría religiosa.” (Protestantismo, diversidad y tolerancia, México: Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2002, p. 8).
Si tomamos en cuenta estos datos, acaso podamos entender mejor los textos de Monsiváis en los que reivindica a las minorías religiosas y de otra índole. Sobre el protestantismo, dice Monsiváis: “El protestantismo es legítimo porque ha persistido legalmente. Acrecenta (Sic) su legitimidad porque la diferencia ya es legítima y cada vez más aceptada socialmente; aunque para llegar a este punto el protestantismo ha pasado por una batalla muy larga. Finalmente, la sociedad tendrá que convencerse de lo evidente: la diferencia es el sustento de la pluralidad en todos los ámbitos de la vida social.” (Op. Cit., p. 34). Es por eso que, refiriéndose a las “migraciones espirituales” Monsiváis lo aplica al fenómeno producido desde mediados del siglo XX y que consiste en un paso: De la única fe a la explosión demográfica de los credos, (Aires de familia, Barcelona: Anagrama, 2000, p. 176).
Nos parece que la publicación de esta nueva antología de Monsiváis, es un momento oportuno para dar a conocer estos orígenes protestantes del gran ensayista mexicano que, según el historiador Carlos Mondragón se ganó el mote de “eterno defensor de las causas perdidas” y, también, de Las alusiones perdidas (Anagrama: 2007) que es otro texto de Monsiváis que refleja su gran afición por la “cultura popular” del tango y el bolero.

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