De sus
muchas obras, rescatamos El reino de este
mundo, donde expone, de modo narrativo, el drama americano, con Haití como
escenario. En el prólogo de ese libro, Carpentier acuña lo que después va a ser
recogido por otros escritores: “lo real maravilloso.” Sentencia Carpentier: “¿Pero
qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real maravilloso?”
Pero en el
final de su obra, es cuando Carpentier va a contrastar el Reino de los cielos
del reino de este mundo. Dice:
“En el Reino
de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía
establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de
sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso
dentro de su miseria,. Capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo
puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo.” (Alejo
Carpentier, Concierto barroco y el Reino
de este mundo, Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, 1997, pp.
215-216).
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