sábado, 6 de octubre de 2012

RUDOLF BULTMANN: LA FE COMO DECISIÓN EXISTENCIAL


 



 
La figura de Rudolf Bultmann (20 de agosto de 1884- 30 de julio de 1976) ha resultado muy desdibujada y hasta vilipendiada por teólogos y teólogas que, al enfrentarse con su proyecto de “desmitologización” del Nuevo Testamento, salen espantados. En rigor, si uno lee y analiza con cierta profundidad los textos de Bultmann, se dará cuenta que el verdadero tema del teólogo luterano es la fe.

Bultmann, influido por el filósofo Martín Heidegger (26 de setiembre de 1889-26 de mayo de 1976),  encara el gran proyecto de reconstruir la teología del Nuevo Testamento a partir de las categorías existenciales (o mejor, “existenciarias”) elaboradas por Heidegger. Este brillante filósofo alemán, había sido discípulo de Edmond Husserl, inclusive Heidegger dedica su obra magna, Ser y tiempo a su maestro. Fue Husserl quien lo introdujo en la teología protestante. El aprecio que Heidegger manifiesta hacia Bultmann es tan notorio y elocuente, que en una carta fechada en Marburgo el 13 de junio de 1924 y dirigida a Karl Jaspers, dice: “Afuera es magnífico; en la universidad no ocurre nada, ningún estímulo. El único ser humano es el teólogo Bultmann, con quien me encuentro cada semana” (Philippe  Capelle-Dumont, Filosofía y teología en el pensamiento de Martín Heidegger, Buenos Aires: FCE, 2012, p. 230).

Es a partir de este diálogo con Heidegger, que Bulmann encara su gran proyecto de elaborar una teología que tenga a la fe y la existencia cristiana como sus núcleos centrales. Toda la obra de Bultmann, entre la que cabe mencionar: Teología del Nuevo Testamento, Creer y comprender I y II, Nuevo Testamento y mitología, Kerigma y Mito, está signada por la búsqueda de la fe y del modo en que el lector moderno del Evangelio puede ser confrontado con el verdadero escándalo. Porque para Bultmann, el marco precientífico en que está forjado el Nuevo Testamento resulta un “falso escándalo” para el hombre moderno. De ese falso escándalo, que Bultmann procura deconstruir a través de la “desmitologización”, el ser humano debe ser confrontado con el verdadero escándalo: la cruz de Cristo.

Pese a todo el reconocimiento del aporte que el existencialismo hace a la fe, Bultmann es claro en su pronunciamiento: la filosofía existencial todavía da alguna esperanza de salida al ser humano. El Evangelio no. Dice sin ambages: “el Nuevo Testamento dice que sin ese acto salvador de Dios nuestra situación es desesperada.”  

La fe es, para Bultmann es exigencia, decisión y existencia escatológica.  

¿Dónde radican entonces los acuerdos y las diferencias entre Heidegger y Bultmann? No es posible responder cabalmente en este breve espacio de difusión del que disponemos. Ofrecemos una respuesta breve y provisoria a partir de dos citas:

“Evidentemente, la filosofía y la teología entran en competencia, puesto que ambas se ocupan científicamente de la existencia. Porque, dígase lo que se quiera sobre el contenido de la dogmática, en todo caso forma parte de su temática la existencia creyente.” (Bultmann, Creer y comprender, II, Madrid: Stvdivm, 1974, pp. 263-264).

“Bultmann ‘pone de manifiesto’ de algún modo en teología la atención filosófica de Heidegger a la experiencia facticial y su carácter histórico, pero ello, aún más y mejor que el modelo a partir del cual Heideger se pregunta por la vida facticial, y esto es, se ha señalado, la experiencia cristiana..” (Philippe Capelle-Dumont, op. Cit., p. 233).

Estos breves apuntes son ofrecidos como “botones de muestra”  de un trabajo de mayor envergadura que estoy acometiendo en estos días y que procura indagar en el significado de la fe para Bultmann y los vínculos que su pensamiento tiene con la filosofía de Heidegger.

 
Alberto F. Roldán

Ramos Mejía, 6 de octubre de 2012

 

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