El filósofo italiano
Giorgio Agamben es una voz cada vez más fuerte en el ámbito de la filosofía
política. Es uno de los pensadores actuales que más indaga sobre los vínculos
entre la teología cristiana y la filosofía política. En el El Reino y la gloria, -que es un texto magnífico donde muestra la
importancia de conceptos como soberanía, economía de la salvación y trinidad- insta
a estudiar teología para entender en qué consiste el Estado moderno.
Ahora, en una pequeña
obra que acaba de editarse en Buenos Aires, Agamben vuelve sobre el tema. El
libro se titula Teología y lenguaje, e
incluye varias conferencias que ofreció en diferentes universidades de Europa.
De particular importancia nos parece la conferencia titulada “La liturgia y el
Estado moderno”, que el filósofo italiano pronunció en la European Graduate
School en agosto de 2009.
En su introducción,
dice Agamben:
“En los últimos años he
enfocado mi investigación primero en el derecho y luego en la teología. ¿Por
qué? La primera respuesta, que obviamente es un chiste pero todo chiste tiene
un centro serio, sería porque éstos son los únicos dos campos en los que Michel
Foucault no trabajó. La segunda respuesta, aparentemente más seria, pero toda seriedad
tiene un centro de farsa, sería porque quise entender qué es la política. Y tuve la impresión de que en las esferas
jurídica y teológica, lo que en la filosofía política se presenta en sí mismo
con el arcanum imperii –el misterio
del poder- se vuelve claro e incluso adquiere una suerte de transparencia. En
estos dos años concentré mi investigación sobre la liturgia. Esto no debería
resultar sorprendente porque la liturgia es la teología lo que la ontología o
la metafísica son a la filosofía…” (Teología
y lenguaje. Del poder de Dios al juego de los niños, Buenos Aires: Las
Cuarenta, 2012, p. 35).
A la luz de esta breve
introducción del tema, podemos afirmar que Agamben, por su sólida formación en filosofía, teología y lingüística
es, hoy por hoy, uno de los pensadores que mejor reivindica a la teología y su
influencia sobre la política.
Alberto
F. Roldán
Buenos
Aires, 16 de octubre de 2012
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