domingo, 16 de diciembre de 2012

"Él se hizo uno de tantos"










En la oquedad de nuestro barro breve

el mar sin nombre de Su luz no cabe.

Ninguna lengua a Su verdad se atreve.

Nadie lo ha visto a Dios. Nadie lo sabe.

Mayor que todo dios, nuestra sed busca,

se hace menor que el libro y la utopía,

y, cuando el Templo en su esplendor Lo ofusca,

rompe, infantil, del vientre de María.

El Unigénito venido a menos

traspone la distancia en un vagido;

calla la gloria y el amor explana;

Sus manos y Sus pies de tierra llenos,

rostro de carne y sol del Escondido,

¡versión de Dios en pequeñez humana!

 

Poesía de Pedro Casaldáliga, teólogo-poeta

El cuadro que ilustra es de Leonado Da Vinci (1481)

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