
Sören Kierkegaard nació
en Copenhague el 5 de mayo de 1813. De modo que éste 5 de mayo de 2013 se
cumplen doscientos años del hecho. Fue el séptimo hijo de Michael, un rico
comerciante y de Ann, empleada doméstica. Formado en un ambiente familiar
luterano muy estricto, en 1830 ingresó a la Universidad de Copenhague para
estudiar teología. En mayo de 1837 conoce a Regina Olsen con quien cuatro años
después se compromete pero unos dos meses más tarde rompe la relación.
En 1840 obtiene su
título con la tesis: Sobre el
concepto de ironía, con especial referencia a Sócrates.
En 1841 escribe su
libro Temor y temblor, donde
reflexiona sobre la fe a partir del relato bíblico de Abraham cuando está
dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac. Es desde allí que Kierkegaard postula a
la fe como paradoja y pasión. El propio autor previó la importancia futura de
ese texto cuando escribió en una carta:
“Cuando yo haya muerto
bastará mi libro Temor y temblor para
convertirme en un escritor inmortal. Se leerá, se traducirá a otras lenguas, y
el espantoso pathos que contiene esta
obra hará temblar.”
Dice, a modo de
definición:
“La fe es un milagro del
que, sin embargo, nadie está excluido, pues toda existencia humana encuentra su
unidad en la pasión, y la fe es una pasión.”
En esa palabra
“existencia” quizás radica la clave para entender a Kierkegaard. En franca
oposición al racionalismo hegeliano, el pensador danés acentúa lo único que
sabe: no la esencia sino la existencia concreta de su vida en la tierra. Es por
eso que, posteriormente, los filósofos y teólogos lo han considerado el padre
del existencialismo moderno. En efecto, Kierkegaard influye en filósofos como
Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre y Karl Jaspers y en teólogos como Karl
Barth, Emil Brunner y Paul Tillich. Podríamos decir que no sería posible
entender el comentario de Karl Barth a la carta a los Romanos sin haber leído
previamente a Kierkegaard. Sólo para
tener una idea de la importancia de Kierkegaard, citemos la frase de Jaspers:
Tal
vez todo aquel que no se abre a Kierkegaard o que un buen día lo considere
liquidado, permanece hoy pobre e inconsciente. No sabemos lo que es, pero en
todo caso es la voz moderna que nos conduce a la suprema lucidez y nos hace
sentir la máxima indigencia.
La revista Teología y cultura (www.teologos.com.ar) está
preparando el número de este año, dedicado exclusivamente al pensamiento de
Sören Kierkegaard, con artículos de especialistas tanto del campo filosófico
como del teológico. Porque, es bueno recordarlo, él mismo en su obra Mi punto de vista, se define como tal
cuando dice:
Soy
y he sido un escritor religioso, que la totalidad de mi trabajo como escritor
se relaciona con el cristianismo, con el problema de “llegar a ser cristiano”.
Alberto
F. Roldán
Buenos
Aires, 4 de mayo de 2013
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