sábado, 19 de abril de 2014

EL TERCER DÍA





Aquella pesada losa aorillada,
los lienzos caídos,
el ángel cegador y los pálidos guardias,
que son hoy como una vieja estampa.
El temblor de tierra al tercer día,
los dormidos que despiertan,
el extraño, hortelano o pescador, en todas partes:
pinturas desvaídas de un mundo sepultado.
Contad, contad de nuevo el suceso
en estos años planetarios,
pues allí estábamos y él está aquí,
porque siempre es el tercer día.
Rota está la prisión de nuestro mudo,
y una caridad antigua irrumpe en el destino de hoy.
Proclamadlo por el Telestar,
difundidlo por Mundovisión.
El atraviesa los bloques de cemento,
las bóvedas cubiertas de vanadio,
las cercas de alambre espinoso.
Una caridad coetánea de los astros
dispersa la obsesión profunda del tiempo
y hace un hueco el corazón en nuestro sueño estéril,
un nuevo espacio en el espacio para celebrar
con movidas y nuevas coreografías,
un tiempo nuevo en el tiempo para la música.



Amos E. Wilder, The Christian Century, 82, 1965, p. 458. Tomado de W. D. Davies, Aproximación al Nuevo Testamento, trad. J. Valiente Malla, Madrid: Cristiandad, 1979, p. 439.

No hay comentarios:

Publicar un comentario