¿Por qué murió Jesús?
¿Por qué murió Jesús?
La pregunta taladra mi
mente,
agudiza mi ingenio,
estremece mi
sentimiento.
El dolor del pálido
Nazareno
rechazado por su
pueblo,
negado por Pedro,
traicionado por Judas.
Pende su cuerpo sobre
el madero romano,
es azotado y escupido.
No ofrece resistencia.
¿Por qué murió Jesús?
La pregunta sigue
martillando mi cabeza.
El establishment
religioso
le tiende una trampa,
pronuncia la blasfemia
intolerable:
es un mero hombre y se
proclama Dios.
Los romanos lo
consideraron subversivo:
¡el Imperio no tolera
otro César!
¿Por qué murió Jesús?
La respuesta de San
Pablo
surge desde la penumbra:
“Cristo murió por mi”.
Acaso allí esté la
clave del enigma
que exige mi fe y mi
entrega
más allá de las dudas
que seguirán
carcomiendo mi conciencia.
Alberto F. Roldán
Ramos Mejía, Viernes de
pasión, 29 de marzo de 2013. 4.20 hs.
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