Objetivo:
“Deconstruir las relaciones asimétricas socialmente
establecidas entre mujeres y hombres en la construcción del pueblo de Dios…
Privilegiar la experiencia de lo cotidiano vivido
po9r las mujeres de todas las clases y etnias, al hablar de la experiencia de
la gracia en nuestra vida…
Resaltar un nuevo modo de hablar de Dios, a partir
de una experiencia subjetiva y emocional o mostrar una mística inspirada en la
pasión y la sensualidad de una relación amorosa, como la que inspiró el Cantar
de los Cantares…
Esas son las perspectivas que las mujeres están
desarrollando en su nuevo quehacer teológico en América Latina…
La
experiencia de la fe que pasa por el cuerpo
Desde que Tertuliano y varios teólogos de su tiempo
identificaron el cuerpo de la mujer como el mal y el pecado original como el
pecado sexual, el cuerpo santificado, el cuerpo divinizado es siempre un cuerpo
asexuado. Eros, sexualidad o impulso vital son inherentes al ser humano, tanto
en cuanto a la racionalidad y el impulso para el bien. Mientras tanto, la
influencia del pensamiento platónico en el cristianismo, dicotomizando la
relación razón/espíritu y cuerpo, pureza y contaminación, sentimiento y
sexualidad, definirán la identidad del hombre y de la mujer de forma
antagónica. El hombre fue identificado con el espíritu y la mujer con el
cuerpo. En ese dualismo, la mujer es menoscabada (inferiorizada) y el cuerpo y la sexualidad son negados.
El
camino actual
Hoy, las mujeres están rompiendo con esa
racionalidad radical, afirmando la bondad del cuerpo y de la sexualidad como
fuentes de conocimiento e instrumentos de gracia, mostrando que es posible
hacer teología a partir de la experiencia de lo cotidiano que pasa por el
cuerpo y, de esa forma, deconstruir las estructuras patriarcales intelectuales
que moldearan la elaboración teológica cristiana tradicional.
Conclusión:
La teología que está siendo hecha hoy por las
mujeres latinoamericanas sigue la metodología feminista de la deconstrucción y
de la construcción. Aquí es importante resaltar también el aspecto constructivo,
de anuncio de lo nuevo, no sólo el aspecto de la deconstrucción, de la
denuncia, de la ruptura con lo viejo. La teología feminista es, pues, anunciar
también lo nuevo para las mujeres, su dignidad, su plenitud como ser humano, su
cuerpo y su sexualidad como objetos de la gracia divina, su cotidianidad como
instrumento de liberación…
Cuerpo… sexo… deseos…emociones… sufrimiento… placer…
angustia… utopía. Todo eso se mezcla y se funde para mostrar la fragmentación
de lo cotidiano de las mujeres y ser el nuevo lugar teológico. No más la
ruptura entre conocer y sentir, la razón y la emoción, el cuerpo o el espíritu,
sino todo eso integrado, formando una unidad armoniosa y lugar privilegiado de
la presencia de Dios… ¡más allá de la racionalidad y en el debate de una nueva
epistemología!
Extractos de artículo de Luiza E. Tomita, “Teologia
feminista no contexto dos novos paradigmas”, en Teologia aberta ao futuro, San Pablo: Ediçōes Loyola, 1997, PP. 143-154.
Luiza E. Tomita es una teóloga brasileña, profesora
de la Faculdade de Teologia Nossa Señora de Assunção, San Pablo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario